lunes, 3 de marzo de 2025

Madame Bovary: Un Clásico que Revolucionó la Literatura

El 3 de marzo se celebró el Día Internacional de los Escritores y me pareció una buena excusa para hablar de una novela que cambió la forma de contar historias: Madame Bovary de Gustave Flaubert.

Fue publicada en 1856 y no solo marcó un antes y un después en la literatura, sino que también sacudió a la sociedad de aquella época.


La historia de Emma Bovary fue considerada escandalosa  y el autor fue llevado a juicio por "atentar contra la moral pública".

Viajemos por un ratito a la mitad del Siglo XIX en Francia, se estaba creando la sociedad moderna con intereses en el progreso pero aun así se mantenían las costumbres imperialistas.

En el Siglo XIX los franceses definieron la excelencia en la novela, entonces decir que una historia estaba bien contada era una obra escrita por un autor francés. Luego, en el Siglo XX, este prestigio decayó por ser considerada ingenua.

Flaubert fue un hombre muy sensible y un gran romántico. Lo obligaron a estudiar derecho pero a raíz de su enfermedad, tenía epilepsia, abandonó la carrera de leyes y se dedicó a escribir. Fue un perfeccionista de la palabra.


La historia de Madame Bovary se centra en Emma que es la esposa de un médico de clase media sin muchas aspiraciones de progreso. Ella sueña con una vida de lujos y nobleza, pero se desilusiona rápidamente y tiene aventuras amorosas en busca de una pasión que ella encontraba en las novelas que había leído. En esa época, una mujer que se atrevía a desear algo más de lo que su matrimonio le ofrecía era un desafío para la moral de mediados del siglo XIX.

El autor narra de una manera extraordinaria escenas de la vida cotidiana mezclando diálogos opuestos: de repente te encontrás leyendo lo que se hablaba en una exposición agrícola sobre precios y pesajes de animales con las palabras aduladoras del amante de Emma en el balcón. Solo un talento como el de Flaubert podia combinar ambos mundos y construir una historia apasionante y entretenida.

La novela fue llevada a juicio por obscenidad y, aunque Flaubert terminó absuelto, la polémica impulsó el éxito del libro, convirtiéndolo en un fenómeno de ventas.

Pero, ¿qué tiene de especial Madame Bovary? Más allá de la historia de Emma, una mujer que sueña con vivir las pasiones de las novelas románticas y termina atrapada en la monotonía, lo que hizo Flaubert fue revolucionar la manera de narrar. Su estilo minucioso, obsesivo con cada palabra. Creó un realismo literario que inspiró a generaciones de escritores.


¿Querés un chisme literario? Flaubert mantuvo una relación epistolar apasionada con la escritora Louise Colet, con quien intercambió cartas llenas de reflexiones sobre la literatura, la vida y el amor. En esas cartas, se puede ver la lucha interna del autor entre la búsqueda de la perfección artística y los sentimientos personales.

Si alguna vez pensaste que los clásicos eran aburridos, este libro puede hacerte cambiar de opinión. Es una historia de deseos, frustraciones y contradicciones humanas que sigue vigente. Nos muestra que la literatura además de entretener nos ayuda a expresarnos mejor, a viajar en el tiempo y a expandir nuestro mundo con cada página leída. Mejora el lenguaje, un plus que no viene nada mal.

Como dato curioso, Flaubert tardó casi cinco años en escribir la novela y su obsesión por encontrar la palabra justa a lo que él quería expresar lo hacía leer y releer sus frases en voz alta para comprobar su ritmo y musicalidad.

¿Te animás a descubrirla?


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Soy Karina Almada, tu corresponsal cultural desde El Mojinete del Rancho para todo el mundo.


Hasta la próxima.

martes, 25 de febrero de 2025

La felicidad en las pequeñas cosas

¿Alguna vez creiste en la felicidad instagrameable? esa foto perfecta de una cena elegante, la playa de arena blanca con los pies apenas hundidos en la orilla, la sonrisa impecable en una selfie o un atardecer que enmarca dos copas de Champagne.

¿Alguna vez pensaste que la felicidad solo se encuentra en los grandes momentos? En esos viajes soñados, en la casa más grande, en el ascenso esperado. 


En mi opinión, la alegría y el éxito no se miden en likes. La vida real transcurre en lo que no se ve, en lo que no se captura a través de una lente fotográfica sino en la retina. Para mí está en lo que no se publica ¿cuántas veces te sentaste a tomar mate con una amiga y se pasaron las horas filosofando?  O quizá compartiste un café en una mañana cualquiera con alguien que necesitaba ser escuchada. Esa risa destartalada que se escapa sin aviso en medio de una conversación. A lo mejor un día descubriste la forma en que la luz de la tarde se filtra por tu ventana y tiñe todo de dorado. A veces, es como si el mundo entero se tomara un respiro.

¿Alguna vez te quedaste esperando lo extraordinario? Como si la felicidad estuviera detrás de un cristal, ahí, algo que ves pero aún no llegó. Hasta que un día, sin aviso, esa percepción cambia.

No sabés bien cuándo ni cómo. Tal vez una tarde, cuando el día bajaba lento y en el aire flotaba ese olorcito a tierra mojada. O quizás en una noche en la que te quedaste en silencio mirando estrellas, adivinando cuál de todas ellas era la Cruz del Sur, quizá  escuchaste el sonido del viento en las hojas, y de pronto entendiste todo.

La vida no es un cúmulo de momentos perfectos. La vida es ese espacio intermedio donde habita lo cotidiano, donde apreciamos el presente porque ahí está la verdadera semilla de la felicidad.

Nos enseñan a buscar lo grandioso, pero la felicidad es más parecida a la brisa que entra en el amanecer: sutil, casi imperceptible. La felicidad es algo que si no le prestás atención pasa delante sin que te dieras cuenta. Está en los detalles. En las largas sobremesas, en el sonido de la pava silbando en la cocina. En ese plato caliente que te esperaba a la noche cuando volvías de la facultad. En el primer mate que te ofrecieron los adultos para compartir con ellos. En una canción.

Esperamos tanto lo extraordinario que a veces se nos olvida que lo esencial ya está pasando.

La felicidad no es una meta a la que se llega, sino una forma de estar en el mundo.

No sé vos, pero yo quiero quedarme más tiempo en esos instantes. A detenerme, aunque sea un segundo más, en todo lo que ahora parece pequeño y un día voy a extrañar.

Porque al final, la felicidad no es otra cosa que eso: una suma de momentos diminutos, que solo se revelan en su verdadera magnitud cuando ya quedaron atrás.

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martes, 18 de febrero de 2025

Cuando la rutina apaga la chispa

Hay días en los que el despertador suena y la primera reacción es negociar con el universo: Cinco minutos más, prometo que hoy sí me pongo al día, mejor voy a la tarde. Pero después me doy cuenta que el universo no negocia, así que me levanto, me preparo un café y salgo a cumplir con mis actividades porque sé que  trabajar es necesario, es importante, es digno y además me hace feliz porque trabajo en algo que me representa y me apasiona.

PH: Suzy Hazelwood

La rutina tiene mala prensa pero no siempre es la villana en esta historia. A mí me gusta llevar una rutina por me permite planificar, avanzar, sostener un hábito y estructurar el caos de la vida. Sin embargo, cuando la repetición se vuelve mecánica, algo se rompe. De repente, aquello que alguna vez me motivó empiezo a sentirlo como un peso. Y ahí aparece la gran pregunta: ¿cómo hacer para que el trabajo no sea solo una carga sino una parte valiosa de mi identidad?

El problema no es el trabajo, sino la desconexión.

Creo, que la mayoría de las personas  elegimos la profesión con algún tipo de entusiasmo, había algo que nos atrapaba o al menos teníamos una idea de lo que queríamos lograr con esa decisión.

Al menos a mí, a veces, siento que me sumerjo tanto en la rutina automática que pierdo de vista aquello que tanto me motivaba. Claro que al principio, donde todo es nuevo y emocionante, hay pasión. Luego, esa chispa, se apaga. Surgen las dudas de la elección pero siempre trato de recordar por qué empecé este camino. ¿Qué me enamoró de esto al principio?

PH: Oktay Koseoglu

Cada profesión tiene un motivo que la hace especial. Si sos docente, es la posibilidad de transformar vidas, si escribís, es el poder de contar historias, si cocinás, es la magia de alimentar a otros.

La monotonía es el enemigo del entusiasmo, por eso me gusta aprender algo nuevo cada año. Me encanta desafiarme con nuevos objetivos. A veces, un pequeño cambio de perspectiva me devuelve el brillo en la mirada.

Encontrar el impacto real del trabajo, qué efecto tiene en los otros. Un diseñador no hace “dibujitos en la compu”, comunica ideas. Un médico no solo receta medicamentos, alivia el dolor, un escritor no solo junta palabras, crea mundos. Recordar el impacto de mi trabajo me ayuda a valorarlo de otra manera.

PH: Furkanfdemir

Darme permiso para hacer pausas porque no hay pasión que sobreviva a la fatiga crónica: un día libre, un cambio de ambiente, algo que me haga respirar y volver con la cabeza más liviana.

Siempre me rodeo de personas que aman lo que hacen porque la pasión es contagiosa. Hablo con alguien que disfruta su trabajo para recordar que es posible volver a encontrar el entusiasmo. Escuchar a otros me ayuda a ver mi propio camino con nuevos ojos.

El sentido no se encuentra, se construye.

El trabajo deja de ser una carga cuando logro darle un significado. No siempre estoy inspirada, no todos los días son ni serán perfectos, pero sí puedo elegir mirar más allá de la rutina y recordar que, en el fondo, lo que hago es parte de quien soy.

Y si algún día el despertador vuelve a sonar con ganas de arruinar todo, tal vez lo único que necesito es un buen café, una pausa y hacerme la pregunta correcta: ¿Por qué empecé a hacer esto? La respuesta, puede estar escondida debajo de una montaña de pendientes pero sigue estando ahí. Solo hay que saber buscarla.


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martes, 11 de febrero de 2025

¿Viajar o Vacacionar?

Viajar no es lo mismo que vacacionar

Hay quienes usan viajar y vacacionar como sinónimos, como si fueran lo mismo, pero yo creo que son dos cosas completamente distintas. Es más, estoy convencida de que no tienen ni siquiera la misma filosofía detrás. Y no es que una sea mejor que la otra, ¡ojo! que no estoy diciendo eso; simplemente son experiencias diferentes, son aquellos momentos de la vida que elegimos vivir.

PH: Andrei Mike

Viajar es movimiento. Es la aventura de descubrir lo desconocido, de ponerse las zapatillas a primera hora, desayunar algo rápido (no estoy  hablando de café con leche con medialunas, eso queda para vacacionar) y salir al mundo con los ojos bien abiertos.

Viajar es caminar hasta que los pies duelan, es perderse por esas callecitas que no aparecen en el GPS, pero que de repente te llevan a un rincón mágico que jamás hubieras encontrado en una guía de turismo.


PH: Free walking tour Salzburg

Viajar es sentarte a comer en un lugarcito al paso, ese que parece insignificante pero donde la comida te deja pensando: ¡Cómo me iba perder este lugar!

Es volver de noche a donde te estás quedando, cansada pero llena de historias para anotar en el cuaderno antes de que se escapen (sí, yo anoto todo en un cuaderno).

Porque viajar no es solo recorrer, es también escribir lo vivido, para que algún día, en otro momento, te vuelvas a encontrar con esas emociones.

En cambio, vacacionar para mí es otra cosa: Es tirarse a disfrutar. Es no tener horario porque no hay apuro, no hay un plan. Te levantás cuando pinta, desayunás lento, arrasás el bufet del hotel con una bandeja llena de cosas ricas que en casa ni mirás porque “tienen mucho gluten”.


PH: Rowan Heuvel

Es matear en la reposera o en la arena, agarrar un churro del paquete sin siquiera mirar a quién le tocaba el próximo y dedicarte a leer ese libro que venías postergando.

Vacacionar es levantar la vista solo para darte cuenta de que no te acordás qué hora es pero ni siquiera te importa. 

A lo mejor te pegás un chapuzón rápido para “cumplir” con la pileta o el mar, pero después volvés a la reposera a seguir con tu lectura, porque estás en modo pausa, sin culpas ni apuros.

Esperás hasta ver el atardecer, allá bien lejos cuando el sol se rinde ante la llegada de la noche, cuando el cielo se tiñe de fuego  y la luz dorada se deploma en el horizonte.


PH: Juan Pablo Almada

Viajar es moverse; vacacionar es quedarse. Viajar es una aventura y vacacionar es descansar. Y aunque parezcan opuestos, hay algo que los une: en ambas experiencias, si uno se permite vivirlas con ganas, el tiempo se detiene un poco.

Hay momentos en la vida para viajar y hay otros para vacacionar. No siempre estamos en la misma sintonía. A veces necesitamos recorrer el mundo  y otras, simplemente, dejar que el mundo venga por nosotros.

Lo importante, creo, es saber qué necesita cada uno en cada momento. Porque al final, no importa si estamos de viaje o de vacaciones: lo que sí importa es que, de alguna manera, nos estamos regalando tiempo para ser felices.

                                                                      PH: Juan Pablo Almada

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Te espero en la próxima nota, soy Karina Almada, tu corresponsal cultural desde El Mojinete del Rancho para todo el mundo.




domingo, 3 de noviembre de 2024

La Expo 2024 del Instituto Politécnico Modelo: Un despliegue de creatividad, esfuerzo y futuro.

El sábado 2 de noviembre, el Instituto Politécnico Modelo abrió sus puertas para la Expo 2024. Habían pasado 7 años desde la última edición y se notaba la alegría que desprendían las aulas del colegio.

Los alumnos del Instituto presentaron proyectos que abarcaron desde computación, mecánica, electrónica, carpintería e impresión 3D hasta trabajos de historia, geografía, matemática, inglés, literatura y muchas otras disciplinas. La Expo no solo fue una muestra de habilidades, sino también la enorme dedicación y creatividad de sus estudiantes.


Cada proyecto exhibido es el resultado de horas de trabajo, esfuerzo y curiosidad, tres pilares fundamentales que el Instituto Politécnico Modelo se esmera en cultivar porque la educación va más allá de las asignaturas tradicionales: el colegio busca fomentar una mentalidad creativa, independiente y apasionada por el conocimiento, preparando a cada uno de los estudiantes para el futuro con herramientas que van desde la teoría hasta la práctica, pasando por la experimentación y la resolución de problemas.

La muestra fue un recordatorio inspirador de la importancia de la educación integral, aquella que no solo transmite conocimientos, sino que también valora el pensamiento crítico, la innovación y el respeto por el trabajo propio y el de los demás. Impulsar a desafiarse y a buscar siempre algo más.

En la recorrida se podían apreciar desde un brazo robótico creado con impresora 3D hasta una sala  llena de acertijos de Tutankamón. Podías viajar desde la máquina de gritos de la tan recordada película Monster Inc con la puerta de Boo o un simulador de vuelo.
Este tipo de apoyo educativo es invaluable ya que brinda a los alumnos la confianza para explorar, para arriesgarse y para encontrar su propia voz y estilo. 

En un mundo donde las habilidades prácticas y el pensamiento crítico son cada vez más necesarios, la formación que reciben estos jóvenes en el Instituto Politécnico Modelo representa una ventaja incomparable.


La Expo 2024 no habría sido posible sin el esfuerzo de la comunidad educativa, las familias que acompañaron y también el respaldo de empresas y organizaciones que creen en el valor de la educación y el talento joven.

Las empresas que colaboran con el Instituto no solo ayudan a que los proyectos tomen forma, sino que también les dan a los estudiantes una visión del mundo laboral y profesional que los espera.

A cada una de estas empresas, gracias por apoyar y valorar el potencial de los estudiantes, por confiar en sus ideas y acompañarlos en su formación. Su compromiso es fundamental para que la educación siga siendo un pilar de desarrollo y para que los estudiantes del Instituto Politécnico Modelo sigan avanzando hacia nuevos y apasionantes proyectos.

La Expo 2024 dejó en claro que los jóvenes son capaces de grandes cosas, que valoran  una educación de calidad, que respetan a sus docentes, que son capaces de esforzarse y de trabajar duro por sus sueños y potenciar sus talentos. 

A través de cada proyecto demostraron que la educación es una herramienta poderosa para construir un futuro mejor.

Felicitaciones a todos los estudiantes, docentes, directivos y familias que acompañaron por esta Expo 2024. Un evento que sin duda marca un paso más en el camino hacia una educación que inspira y transforma.

También quiero mencionar a la banda de rock Garufa integrada por alumnos que rockeó la tarde. Muy bien 10 para el colegio que les dio el lugar.


Soy Karina Almada, corresponsal cultural desde El Mojinete del Rancho para todo el mundo.

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Gracias por leerme.
Hasta la próxima.
KA

miércoles, 23 de octubre de 2024

Hebe Uhart: Una Vida entre lo Simple y lo Extraordinario

El día 11 de octubre se cumplieron seis años del fallecimiento de la escritora Hebe Uhart. Una autora que dejó una huella profunda en la literatura argentina al encontrar grandeza en los gestos más sencillos de la vida.

Nacida en Moreno, provincia de Buenos Aires, en 1936, Uhart estudió filosofía y fue docente de nivel primario, secundario y universitario, pero fue su mirada aguda sobre el mundo lo que la llevó a la escritura.


Interesada en los detalles, Hebe observaba con precisión la vida que la rodeaba, captando con una increíble naturalidad aquello que otros podían pasar por alto. Su estilo es sobrio y directo, pero a la vez cargado de humanidad y humor.

Lo que la distingue como narradora es su capacidad para convertir situaciones comunes en relatos fascinantes. Hebe sabía escuchar y rescatar conversaciones, encuentros y escenas que para muchos pasarían desapercibidas.

En su literatura, lo más simple, una charla en una estación de tren, un almuerzo en una ciudad chica o el monólogo de una mujer mayor se transformaba en algo significativo y revelador.


Entre sus obras más reconocidas se encuentran "Viajera crónica", una serie de relatos que recoge sus experiencias viajando por el interior del país y el extranjero, "Turistas", un conjunto de cuentos donde sus personajes reflejan, con humor y gran sutileza, lo mejor y lo peor de la condición humana, “Visto y oído” es otra de sus crónicas de viaje magistrales.

Hebe se interesaba en las personas, en sus rarezas, en cómo viven, hablan y piensan. Le fascinaba lo pequeño, lo íntimo y a través de sus historias, nos invita a detenernos y observar con otros ojos lo que nos rodea.

Uhart era una exploradora de la vida cotidiana siempre dispuesta a descubrir en cada rincón algo digno de ser contado. Su escritura tiene la capacidad de convertir una charla banal en un momento literario sublime. 


A través de sus relatos nos deja una enseñanza simple pero profunda: que en los pequeños detalles es donde realmente se encuentran las grandes historias.

Leer a Hebe Uhart es un viaje hacia lo esencial, hacia esos instantes que forman el tejido de nuestras vidas y que, aunque a veces invisibles, nos definen.

Su obra es una invitación a reflexionar sobre la vida misma, y sin darnos cuenta, en esos actos simples construimos nuestra propia historia.

Como ella misma decía: "Me gusta lo pequeño, porque es ahí donde puedo detenerme y entender el mundo".

Su literatura es un tesoro que vale la pena descubrir.

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Hasta la próxima.

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jueves, 17 de octubre de 2024

El Tiempo como Aliado: Reflexiones sobre las Etapas de la Vida

El tiempo es ese aliado silencioso que nos acompaña desde el primer aliento hasta el último. No podemos detenerlo. A veces tratamos de atraparlo o desafiarlo, sobre todo cuando en la etapa de la juventud parece prometernos una felicidad que en otra fuera inalcanzable. Pero, ¿es realmente así? ¿Estamos condenados a sentir que la plenitud se esfuma cuando dejamos de ser jóvenes?



A medida que avanzamos por los distintos momentos de la vida, descubrimos una verdad más profunda: la felicidad no está reservada para un tiempo específico, ni se escapa entre los dedos cuando dejamos atrás la juventud.

Cada etapa de la vida tiene su propia belleza. De niños, vivimos con los ojos bien abiertos, llenos de curiosidad por todo lo que nos rodea. De jóvenes, tenemos la energía y la pasión para explorar el mundo, para enfrentarnos a retos, para soñar en grande. Sin embargo, con el tiempo, descubrimos que la vida no se trata solo de alcanzar metas sino de aprender en el camino hacia ellas: Lo importante no es la llegada, sino el viaje.

¿Cuántas veces hemos sentido esa presión por “tenerlo todo” antes de cierta edad? Como si hubiera una línea imaginaria que separa el éxito del fracaso, la felicidad del vacío. Pero la vida no funciona de esa manera. Cada persona tiene su propio ritmo y lo que verdaderamente importa es lo que aprendemos mientras avanzamos, no la velocidad con la que lo hacemos.

“La capacidad de soportar la incertidumbre es clave para la madurez”.

Es en esa duda, en ese no saberlo todo donde reside gran parte de nuestro crecimiento. Con el paso del tiempo aprendemos que está bien no tener todas las respuestas, que la incertidumbre es parte de la vida y que el aprendizaje no se detiene nunca. De hecho, es en los momentos de mayor duda y desafío donde solemos descubrir nuestras mayores fortalezas.

Y es precisamente en la madurez, en la aceptación de la incertidumbre y del cambio, donde encontramos una felicidad más serena, más profunda. Ya no se trata de la euforia de lo nuevo, sino de la paz que trae el haber recorrido un buen camino y entender que todo tiene su tiempo.

La juventud es maravillosa, pero la adultez y la adultez mayor también nos regalan la oportunidad de ser testigos de cómo nuestras decisiones han moldeado nuestra vida, de disfrutar el presente sin las prisas que a veces nos marcan en los primeros años.

Cada etapa nos ofrece algo único, algo que solo podemos comprender plenamente cuando dejamos de resistirnos al paso del tiempo y lo abrazamos como parte de la experiencia humana. La juventud tiene su belleza, pero también lo tiene la madurez, con la sabiduría acumulada de los años y la adultez con la serenidad de haber vivido con plenitud.

La vida son dos respiraciones: Inhalamos cuando nacemos y exhalamos cuando morimos, todo lo que sucede en el medio es lo que nos define, lo que nos enseña a valorar lo que realmente importa. No se trata de cuánto duró la inhalación o lo profundo que fue el último suspiro, sino de cómo hemos vivido en ese tiempo entre ambas respiraciones.

Gracias por leerme. Soy Karina Almada, corresponsal de la vida desde El Mojinete del Rancho para todo el mundo.

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Hasta la próxima.

KA