jueves, 27 de octubre de 2011

A tí!

Hoy he decidido poner punto final a nuestra relación, la que hemos mantenido por veinte años.
He intentado alejarme una y mil veces, sabiendo que era difícil hacerlo. Todos me decían que cuando un ser así llega a la propia vida es casi imposible olvidarlo; podrás desaparecer por un tiempo, pero al final vuelves a mi.
Quise hacerme indiferente, ignorar el daño causado. Has llegado a mi vida de manera temprana y dejaste huella en mi cuerpo, imposible de olvidar.
Contigo lo probé todo, cada vez que vuelves haces que envejezca de a lustros, sí para olvidarme que existes intenté bailar, correr, adelgazar y aun así sigues en mi mente y en mi piel.
Nuestra relación no puede continuar, vas y volvés a tu antojo, caprichosamente. Desaparecés por un tiempo, pero una mañana al terminar de ducharme, te vuelvo a ver en el espejo, reflejando mi angustia, mi dolor, mi decepción.
Llevas torturándome desde mi adolescencia, eres cruel, no me dejás alternativa, debo tomar una decisión, ya lo he intentado todo y no quisiste entrar en razones, te lo he pedido de mil maneras diferentes, te dejo todo lo que me pertenece, parto en busca de una solución, soy yo la que te abandona.
Intenta vivir sin mi, no me detengas, me voy de viaje en busca de un aliado que pueda hacerte frente y combatirte.
Hoy me despido, te dejo en soledad, espero que entiendas, comprendas y razones el daño que me has causado, sin mí no tiene sentido tu existencia ¡Acéptalo! Ojalá nunca volvamos a vernos, adiós despreciable celulitis.