Estoy muy contenta de participar del "Festival L.E.E." que se realizará en la ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos, la semana próxima. Junto a la Editorial Emancipate y otros talentos de la pluma Nacional e Internacional.
A mí, particularmente, Entre Ríos me traslada a mi infancia porque solíamos visitar a mi familia paterna. Recuerdo los viajes realizados en el Valiant 4 desde la Ciudad de Buenos Aires hasta Paraná y luego visitando Victoria, donde nació mi papá. También íbamos a Diamante. Desde Paraná cruzábamos hacia Santa Fé a través del Túnel Subfluvial que une ambas provincias argentinas. Todo era una hazaña por aquellos años setenta. Al volante estaba la Capitana, mi mamá, de copiloto hacía mi papá, al medio me sentaba yo, les recuerdo que por ese entonces los asientos eran enteros tanto en la parte delantera como trasera y que no existía la normativa de que los niños debían viajar en el asiento trasero ni mucho menos el cinturón de seguridad. En la parte de atrás, viajaban mi hermano, mi abuelo refunfuñando por algún pozo que encontrábamos en nuestro trayecto y cebando exquisitos mates dulces, mi abuela.
Si hablamos de Entre Ríos, la Literatura es el mejor testigo de su personalidad. Patria de poetas como Juan L. Ortíz, llamado afectuosamente Juan Ele o Carlos Mastronardi, tan solo por mencionar dos de sus geniales escritores.
Tuvo imprenta desde 1820, aún cuando su tierra estaba ensangrentada por guerras o sus intelectuales emigraban, Entre Ríos supo mantener su identidad. Mastronardi sobresalió con títulos como "Formas de la realidad nacional", y "Valery o la infinidad del método", título con el que consiguió el Premio Municipal de Literatura de Buenos Aires.
Juan Ele, o mejor dicho Juan L. Ortiz, tuvo su refugio en Gualeguay que albergó gran cantidad de escritores. Su primer libro fue "El agua y la noche" luego le siguieron "El alba sube", "El ángel inclinado", "La rama hacia el este", "El álamo y el viento", "El aire conmovido", "La mano infinita", entre otros escritos magistrales.
"Cuanta dicha que se da para nadie, ay, para nadie. Pero el aire se llena de ella y algo de ella debe de llegar a sus criaturas, a sus criaturas menos visibles o conocidas, algo debe de llegar también a las otras de los pastos. He visto los campos iluminados y estrellados de esa dicha. Se hubiera querido llamar: venid, hombres, hacia la dicha dorada de los espinillos - los linares habían fluido sobre las colinas - llenos de escalofríos celestes entre las finas azucenas rojas; venid hacia los delicados y casi increíbles fuegos de las hierbas entre esos mismos espinillos o entre los ceibos encendidos de junto a los arroyos...", Los perfumes solos, 1949. Juan L. Ortiz
Otro escritor que nos regala esta provincia del Litoral argentino, es Amaro Villanueva conocido por su obra "El mate, el arte de cebar", y también "Versos para la oreja", lleno de argentinismos y sensibilidad.
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