jueves, 22 de marzo de 2012

Etapas de la vida

Envejecer no es malo, es un derecho que vamos adquiriendo a medida que crecemos.  Veo tanta obsesión por la belleza eterna, por la perfección humana, que llega a ser peligroso para la salud misma. Un claro ejemplo es Angelina Jolie, dicen que pesa cuarenta y cuatro kilos, pero mide 1,75mts., por favor es un cadáver caminando, si yo a penas robo el metro setenta y sólamente mi culo pesa 44 kilos.
Todas las etapas de la vida son magníficas, solo que de un tiempo a esta parte, en mi humilde opinión, se ha sobrevaluado la juventud, si bien es hermosa, no es la mas importante o la única en importancia a lo largo de toda la vida, acaso no nos acordamos cuando éramos adolescentes, todos esos conflictos por los que pasamos, las dudas, miles de preguntas y cuando entramos a la madurez, llegando a los veinticinco años toda la incertidumbre que aun llevábamos con nosotros, si habías terminado una carrera universitaria, eras el mismo pichón asustado que al salir del secundario, algunos sin experiencia laboral y entrando por primera vez a una entrevista de trabajo, si ya habías trabajado desde el fin de la secundaria, te creías invencible, pero solo eras el pinche que llevaba papeles de un lado a otro de una empresa. Y si no tenías aun una carrera, mas incertidumbre había en nuestras vidas, porque se nos decía que estábamos llegando tarde. ¿A dónde? es mi pregunta. En mi época, y no soy tan mayor, tenías que llegar a "ser alguien" a los treinta, hoy veo que a los adolescentes se les acortó ese lapso de tiempo, hoy deben ser "ese alguien" a los veinticuatro años, se comparan todo el tiempo con la vida de un futbolista, que a esa edad ya están hechos económicamente, entonces me respondo a la pregunta del ser alguien, solo pasa por tener dinero. No estaba contemplado el sentirse orgulloso de uno mismo, de sus logros, por pequeños que sean, no estaba contemplado el vivir de lo que a uno le guste, seas jugador de fútbol o bibliotecario, seas poeta o científico. Con los años, precisamente con la experiencia de ir viviendo, aprendí que no todo lo que me muestran es verdad, no creo en la felicidad las veinticuatro horas del día y no creo que una persona por el solo hecho de tener su cuenta bancaria con muchos ceros, tenga asegurada la eterna felicidad, quizá, ni siquiera sepa ser feliz. Aprendí también, con los años y el aplomo de la madurez, que si uno hace lo que realmente le gusta puede ser brillante, que la inteligencia de una persona no se mide por el IQ, se mide por hacer lo que amamos y disfrutarlo. Ejemplos de esto hay miles, seguramente si pondríamos a Messi a trabajar de productor de seguros sería el peor de todos, él ama lo que hace, su amor por la pelota es fantástico y por eso es el número uno, okey su cabeza solo tiene que estar centrada en el fútbol, no debe saber ni cuando se le vence la luz, ni cuanto sale un boleto de colectivo, pero eso no tiene nada que ver, es como si le echáramos la culpa de que es rico, no seremos un poco envidiosos, no será que no perdonamos el éxito ajeno. Otro deportista que me genera admiración y que descubrí hace apenas unos meses en un reportaje de Pura Química, es el boxeador Sergio Martínez, apodado "Maravilla", su historia es lo que me genera admiración, su entrenamiento, su disciplina, su trabajo, su esfuerzo por lograr "ser alguien", y justamente él siempre aclara que comenzó tarde, lo hizo a los veinte años y se convirtió en  profesional a los veintitres, hoy tiene treinta y siete y sigue peleando y buscando su objetivo, de ahí no se aleja. Pero para llegar hasta donde hoy está, tuvo que transitar un camino lleno de piedras y desazón, y hoy logra su reconocimiento. Dos ejemplos bien claros de "llegar a ser alguien" en diferentes etapas de la vida. Vivimos tan acelerados y tan acomplejados por la juventud eterna, como si la vida se nos terminaría en la primer arruga. Hoy en día, parece ser que belleza y juventud están ligados al éxito. Los íconos de belleza como Jolie,  Loren, Madonna a que precio la pagan, pesar 44 kilos, eliminaron de su alimentación carne, bebidas, dulces, no toman sol, no se acuestan mas de las 21hs, para descansar correctamente, no beben alcohol, no comen una caloría mas de lo permitido, toman proteinas, se someten a cirugías peligrosas, de verdad estaríamos dispuestas a renunciar a una pizza, unos buenos mates con factura de vez en cuando para consolar a una amiga en problemas. Yo tengo algún kilo por acá, y otra arruga por allá, unos lunares peligrosos por haber sido una irresponsable tomando sol, arrastro algunas lesiones, pero no me arrepiento de nada porque todo lo he vivido con intensidad, dormí bajo miles de cielos soleados y bailé todo lo que he podido, comí los dulces que se me antojaron en compañía de las mejores amigas, y como dice en una charla TED la escritora Isabel Allende, sobre la pasión y la belleza, si me darían a elegir claro que me gustaría tener la belleza de Sofía Loren, pero preferiría tener el corazón de mujeres valientes como Wangari Maathai o Jenny Mapendo, que enfrentan su destino con pasión.

viernes, 17 de febrero de 2012

Un texto cualquiera

Resulta que revisando una carpeta de facultad, mas exactamente DERECHO LABORAL, del año 2001, encontré una hoja de mi puño y letra con el siguiente texto. Yo no lo escribí, estoy segura, porque es brillante, lo habré copiado de algún lado, pero como me gusta mucho, lo voy a compartir en mi blog.
   "Están los que usan siempre la misma ropa, están los que llevan amuletos, los que hacen promesas, los que imploran mirando al cielo, los que creen en supersticiones, y están los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas, los que siguen jugando cuando todo parece perdido como si cada vez fuera la última, convencidos de que la vida misma es un desafio.
    Sufren, pero no se quejan, porque saben que el dolor pasa, el sudor se seca, el cansancio termina. Pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado.
    En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos, en sus venas corre la misma sangre, lo que los hace diferente es su espíritu, la determinación de alcanzar la cima. Una cima a la que no se llega superando a los demás, sino superándose a uno mismo."