viernes, 18 de enero de 2019

Objetivo 1: Planificar

    La semana pasada estuvimos viendo las asignaturas pendientes y, estuve pensando que, para arrancar el año con nuevos objetivos, deberíamos hacer un análisis del año anterior para revisar nuestros errores y recordar nuestros triunfos que, muchas veces olvidamos y nos quedamos aferradas a lo no cumplido.


     Creo, según palabras de expertos, que lo primero que hay que hacer para analizar el año anterior es preguntarnos ¿Qué fue lo que nos hizo sentir más orgullosas? Aquello que logramos y nos dió felicidad plena. Esas metas cumplidas chicas o grandes, no importa siempre y cuando, nos hayan hecho sentir plenas.
    También, deberíamos identificar qué cosa no queremos volver a repetir, aquello que nos restó energía, que fue una pérdida de tiempo.
    Es importante pensar qué aprendimos durante el 2018. ¿Un idioma? ¿bailar? ¿Con quién nos sentimos mejor? Esa persona que nos hizo feliz y a no olvidarse de todo lo contrario ¿Quién fue más tóxica para nosotras? si nos perjudicó, si nos transmitía energía negativa. 
    Tener identificadas estas preguntas nos sirven para ir planificando el 2019 y los objetivos que queramos cumplir. 


    Una vez que tengamos claras estas respuestas, recién ahí, podremos sentarnos tranquilas a delinear nuestros próximos objetivos. En palabras de un experto de Recursos Humanos planificar objetivos que sean:
1. Específicos porque si no, nos vamos diluyendo en generalidades. 
2. Medibles. Aquellos que podamos ir chequeando periódicamente.
3. Alcanzables para no perdernos en fantasías.
4. Relevantes. Hay que hacer foco en cosas importantes.
5. Plazo. Si no le ponemos una fecha de caducidad resulta difícil de alcanzar.


   Por último, para llevar a cabo este plan de objetivos y sueños por cumplir hay que preguntarse algo fundamental ¿Cómo voy a conseguir alcanzar la meta propuesta?
   Parece una tontería pero sin saber hacía dónde vamos no hay éxito posible. Planificar pocas cosas y de alto impacto, ese fue el consejo que una vez recibí de una profe de secundaria al terminar quinto año. Sabias palabras que aún hoy sigo escuchando.


   Manos a la obra y a trabajar se ha dicho. No perdamos más tiempo que enero ya despegó y el año se nos escapa entre los dedos como agua de río.

   Les agradezco que me sigan leyendo y l@s invito a recorrer mis redes sociales en los links que les comparto a continuación.



   Hasta la próxima publicación!!


viernes, 11 de enero de 2019

Asignaturas Pendientes Parte I

   Hola, amig@s: ¿Cómo están tanto tiempo? Espero que hayan pasado unas fiestas hermosas y que tengan un 2019 genial. Quiero agradecerles por estar acompañándome en este hermoso camino literario.
    También, quiero contarles que este año se reeditará mi novela Ventanales. Tendrá nueva portada y se unificarán las dos versiones (digital y papel).


   Hoy les quiero hablar, además de la noticia de mi novela, de esas asignaturas pendientes que nos quedan sin tachar al final del año. En mi caso, fue aprender a nadar. Es una actividad deportiva que empiezo y dejo. Lo he intentado durante años y siempre con el mismo resultado. Así que, este año decidí cambiar la estrategia porque dicen por ahí que si realizo la misma acción obtendré el mismo resultado.


     Aunque debo confesarte que para mí no hay nada más lindo que ir a una pileta y quedarse en el borde, pero, qué pasa cuando vas al mar y está revuelto. Yo me quedo cerquita del borde pero al mínimo descuido ¡Zas! termino desparramada entre olas y alas. Así que este año decidí cambiar de profesor y tomarme la natación en serio. Yo quería que me enseñe a nadar el bombonazo de José Meolans (para las despistadas les cuento que es un nadador argentino olímpico) para evitar confusiones les presento al deportista...


    Ahora sí se dan cuenta por qué quiero aprender con este profesor, ¿no?

   Bromas aparte, para mí lo de nadar es una espina clavada en mi amor propio. Este año lo voy a tomar como un desafío personal de auto superación.

    Los temas pendientes pueden ser variados. En mi caso, no solo quiero nadar, también me gustaría aprender a tocar el piano. Pero será poco a poco, quizá lo deje para las asignaturas pendientes del 2019.

     Por ahora, me voy a centrar en las claras aguas de pileta y ya veremos en unos meses que puedo contarles.

      ¿Cuáles son tus asignaturas pendientes? ¿Tenés más de una?

     Te invito a que pienses en las tuyas y luego te desafíes a cumplirla. No hay nada más lindo que tachar asignaturas de la lista de pendientes.



   Gracias por leerme. Te comparto mis redes sociales por si te interesa descubrirlas.



      Hasta la próxima.