sábado, 3 de diciembre de 2011

Os odio a todos!!!

Os odio a todos, solía decir mi amigo Carlos Larrosa, "Chupito", así le pusimos los que lo queríamos, por su manera en que lo pronunciaba. Un filósofo de la vida, de esos que se aprenden mas que en una sesión de terapia. Y yo, como él, odio a todos aquellos que complican y aturden nuestras vidas. Cómo el médico que te da una receta y no te sirve en la farmacia, siempre falta algo, o se olvida de poner "tratamiento prolongado", o no aclara el componente que lleva el medicamento, o se equivoca en la droga que lleva. Te atienden en diez minutos, un turno que esperaste dos o mas semanas, siempre está demorado y nunca te aclara lo que tenés. Ellos, los médicos, son los que te arruinan al salir de un quirófano, arreglan la situación diciendo que te pescaste una "bacteria intrahospitalaria". Seguramente haya buenos profesionales, pero les aseguro, que esos son las excepciones a la regla.
Odio al empleado de banco, ese que te saluda con una amabilidad mas que fingida, el típico empleado que va por el banco con los mismos papeles de un box a otro, queriendo figurar que consulta, con otro inoperante como él, algo de trabajo, cuando en realidad están haciendo los cambios del Gran DT. 
Odio a la tonta de la recepción, de cualquier entidad privada, que te toma los datos personales para luego derivarte con algún otro empleado, que después de aguantar en la sala de espera mas de cuarenta minutos,  te terminen diciendo que no es un tema que ellos puedan resolver. Antes la inoperancia, era propiedad exclusiva de los empleados públicos, pero hoy mas que nunca se contagió al sector privado. Ese sí, es un virus con nombre y apellido.
Odio a los que se me pegan al culo en la fila del supermercado con un enorme carrito de compra, impidiendo que pase el resto de la gente  si estamos en el medio del pasillo. Yo dejo un espacio con el que tengo adelante para no piquetear el corredor, pero nunca falta un vivillo que se quiere colar diciendo: Ahhhh, no sabía que estabas en la fila, y yo les contesto: No, tranquilo estoy esperando el colectivo.

Hay otro virus interesante, que se denomina intolerancia, sin cura aparente, que se propaga con los meses, llegando a su punto mas crítico, los primeros días de diciembre. Ese mes, al que también odio, por caluroso, fastidioso, pegajoso y porque hace que, esta sociedad contaminada saque las miserias humanas, escondidas durante el año. La gente que lo padece, roza el límite con la locura. Por supuesto, que no soy yo, porque la padezco todo el año.










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