jueves, 5 de septiembre de 2024

El Camino de la Scaloneta y el Legado de Di María: Un Ejemplo de Perseverancia

Hoy, cuando la Scaloneta salga a la cancha para enfrentar a Chile, no solo veremos a un equipo que busca un lugar en el próximo mundial, sino que también seremos testigos del resultado de años de sacrificio, esfuerzo y disciplina.

Los jugadores que vestirán la camiseta celeste y blanca recorrieron un largo camino lleno de obstáculos para llegar hasta donde hoy están. Uno que comenzó mucho antes de que los focos y las cámaras los iluminaran.


Es fácil ver la parte glamorosa del deporte: los estadios llenos, los aplausos, los títulos ganados, el dinero y los lujos. Pero detrás de cada triunfo, hay historias de sacrificios silenciosos, de largas jornadas de entrenamiento, de sueños que parecían inalcanzables.

Los deportistas que hoy admiramos, como los que integran La Scaloneta, no llegaron a este punto por casualidad. Desde chicos enfrentaron desafíos inmensos, con un claro objetivo en la mente. Dejaron atrás cumpleaños familiares, amistades, y muchas veces pusieron su cuerpo y su mente al límite.


Uno de los nombres que destaca en este grupo es el de Ángel Di María, Fideo, quien hoy vive una de las despedidas más emotivas que el fútbol argentino haya visto. Di María, un jugador resistido, criticado, e incluso insultado por muchos, nunca dejó de intentarlo. Hubo momentos en los que el peso de las palabras parecía más fuerte que el de la camiseta que llevaba puesta, pero él nunca se rindió. Siguió luchando, siguió creyendo. Mientras muchos lo criticaban desde la comodidad de un sillón, él trabajaba en silencio para dar vuelta su historia.

Hoy, cuando se despide de la selección, lo hace con la frente en alto y con la felicidad de haber escrito su nombre en la historia grande del fútbol argentino. Di María no solo nos deja recuerdos inolvidables en la cancha, sino una lección invaluable: nunca se rindió, nunca dejó que el rencor o las críticas definieran su camino. En lugar de eso, las tomó como combustible para seguir adelante, para demostrar que cuando uno cree en sí mismo y trabaja con dedicación, todo es posible.


A Fideo solo podemos decirle: Gracias por no abandonar tu sueño, por enseñarnos que el éxito no se mide solo en títulos, sino en la perseverancia, en levantarse después de cada caída. Gracias por recordarnos que rendirse nunca es una opción.

La Scaloneta seguirá su camino, pero el legado de Di María quedará para siempre, como un ejemplo de lo que realmente significa luchar por lo que se ama.

Soy Karina Almada, corresponsal de la vida, desde El Mojinete del Rancho para todo el mundo.

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Gracias por leerme.

Kary




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