Un lugar donde vas a encontrar la historia cultural de todos los tiempos. La Botica del Ángel fue creada por el artista multifacético Eduardo Bergara Leumann en el año 1966.
Comenzó siendo un Café Concert de los más prestigiosos de aquella década. Luego, el lugar tomó tanta importancia en los círculos culturales que fue el espacio elegido por escritores, compositores, artístas plásticos, cantantes y actores para dejar su huella.
Cada estancia del edificio es un homenaje a los artistas más destacados: Hay manuscritos de Borges, Silvina Ocampo, Mujica Lainez, Sábato, Astor Piazzolla, Ariel Ramírez, Mariano Mores. También encontrarás obras de arte de Marta Minujín, Raúl Soldi, vestuario teatral de las artistas más emblemáticas como Mirta Legrand, Mecha Ortiz, Susana Rinaldi.
Bergara Leumann cuenta que quiso armar una sastrería teatral porque soñaba con vestir, dar color y mejorar a cada personaje con un buen traje. Él manda a construir una tarima para que las modistas no tengan que sentarse en el piso a la hora de medir el ruedo de los trajes, el carpintero se equivocó y construyó un escenario. De este hermoso error surge el espacio cultural más importante de aquellos tiempos.
El nombre también tiene una historia peculiar: María Casares le decía que era como un ángel y él lo adoptó. Se le ocurrió la palabra "Botica" porque había de todo. Este lugar convocó a pintores, músicos, escritores y actores para dar difusión.
En la década del 70 cerró sus puertas y Bergara Leumann se fue a vivir a Estados Unidos y Europa donde trabajó junto a Andy Warhol y Fellini. También estuvo con Jean-Paul Belmondo.
A su regreso, reabrió las puertas de La Botica e inmortalizó el espacio cultural convirtiéndolo en museo. Hoy en manos de la Universidad del Salvador se puede visitar de martes a viernes de 15 a 18 horas.
NOTA: Este ángel perteneció al escritor Vargas Llosa y lo podrás ver en una de las paredes del museo.
«Uno se lleva lo que deja a los demás y solo muere lo que no se recuerda».
En la botica sigue latiendo la cultura y como decía su creador: Todo ángel que practica va a parar a la botica y no hay ángel que por bien no venga.
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¡Hasta la próxima!
Karina Almada, corresponsal cultural.
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