El 3 de marzo se celebró el Día Internacional de los Escritores y me pareció una buena excusa para hablar de una novela que cambió la forma de contar historias: Madame Bovary de Gustave Flaubert.
Fue publicada en 1856 y no solo marcó un antes y
un después en la literatura, sino que también sacudió a la sociedad de aquella
época.
La historia de Emma Bovary fue considerada escandalosa y el autor fue llevado a juicio por "atentar contra la moral pública".
Viajemos por un ratito a la mitad del Siglo XIX en
Francia, se estaba creando la sociedad moderna con intereses en el progreso
pero aun así se mantenían las costumbres imperialistas.
En el Siglo XIX los franceses definieron la
excelencia en la novela, entonces decir que una historia estaba bien contada
era una obra escrita por un autor francés. Luego, en el Siglo XX, este
prestigio decayó por ser considerada ingenua.
Flaubert fue un hombre muy sensible y un gran
romántico. Lo obligaron a estudiar derecho pero a raíz de su enfermedad, tenía epilepsia, abandonó la carrera de leyes y se dedicó a escribir. Fue un perfeccionista de la
palabra.
La historia de Madame Bovary se centra en Emma que es la esposa de un médico de clase media sin muchas aspiraciones de progreso. Ella sueña con una vida de lujos y nobleza, pero se desilusiona rápidamente y tiene aventuras amorosas en busca de una pasión que ella encontraba en las novelas que había leído. En esa época, una mujer que se atrevía a desear algo más de lo que su matrimonio le ofrecía era un desafío para la moral de mediados del siglo XIX.
El autor narra de una manera extraordinaria
escenas de la vida cotidiana mezclando diálogos opuestos: de repente te encontrás
leyendo lo que se hablaba en una exposición agrícola sobre precios y pesajes de
animales con las palabras aduladoras del amante de Emma en el balcón. Solo un
talento como el de Flaubert podia combinar ambos mundos y construir una historia
apasionante y entretenida.
La novela fue llevada a juicio por obscenidad y, aunque
Flaubert terminó absuelto, la polémica impulsó el éxito del libro,
convirtiéndolo en un fenómeno de ventas.
Pero, ¿qué tiene de especial Madame Bovary?
Más allá de la historia de Emma, una mujer que sueña con vivir las pasiones de
las novelas románticas y termina atrapada en la monotonía, lo que hizo Flaubert
fue revolucionar la manera de narrar. Su estilo minucioso, obsesivo con cada
palabra. Creó un realismo literario que inspiró a generaciones de escritores.
¿Querés un chisme literario? Flaubert mantuvo una relación epistolar apasionada con la escritora Louise Colet, con quien intercambió cartas llenas de reflexiones sobre la literatura, la vida y el amor. En esas cartas, se puede ver la lucha interna del autor entre la búsqueda de la perfección artística y los sentimientos personales.
Si alguna vez pensaste que los clásicos eran aburridos,
este libro puede hacerte cambiar de opinión. Es una historia de deseos,
frustraciones y contradicciones humanas que sigue vigente. Nos muestra que la
literatura además de entretener nos ayuda a expresarnos mejor, a viajar en el
tiempo y a expandir nuestro mundo con cada página leída. Mejora el lenguaje, un
plus que no viene nada mal.
Como dato curioso, Flaubert tardó casi cinco años en
escribir la novela y su obsesión por encontrar la palabra justa a lo que él quería expresar lo hacía leer y releer sus
frases en voz alta para comprobar su ritmo y musicalidad.
¿Te animás a descubrirla?